El Newton
El Newton
Nuestra historia comienza con un ingeniero de Apple descontento con su trabajo llamado Steve Sakoman. Si seguís este blog con asiduidad quizá os suene ya este nombre, pues ya apareció cuando hablamos de GO, Corp y las tácticas de Microsoft. Hasta 1987, Sakoman había trabajado como ingeniero de hardware participando en diversos proyectos de Apple, pero ya estaba cansado de trabajar en el enésimo rediseño del Macintosh y quería un poco de "emoción" en su vida.
Fue más o menos por aquellos entonces cuando contactó con Jerry Kaplan, el fundador de GO, Corp. y cuando decidió dejar Apple para diseñar el hardware de la PDA de GO. Sin embargo, para anunciar su baja habló con su jefe, Jean-Louis Gassée, para explicarle los motivos de su cese y sus futuros proyectos. Este, tras escucharle atentamente hablar de lo que pretendía crear GO, le propuso continuar en Apple e iniciar un nuevo proyecto en el que poner en práctica todas esas ideas bajo su dirección.
Jean-Louise Gassée (en la foto) era el sustituto de Steve Jobs en Apple como jefe de nuevos productos incluso antes de que Jobs mismo abandonara Apple para fundar NeXT, por lo que estaba en su poder iniciar nuevos proyectos y negociar condiciones. Lo que Sakoman quería era que el proyecto fuera algo pequeño, con un número limitado de ingenieros y sin burocracia añadida, algo así como lo que fue el proyecto Macintosh original iniciado por Jeff Raskin.
La idea era crear un nuevo concepto de ordenador portátil, pero completamente diferente a lo visto hasta el momento. Hasta 1987, los ordenadores portátiles eran más bien lentos, bastante grandes, muy pesados (ninguno bajaba de los 6-7 kilos) y con una autonomía muy limitada. El Newton sería también relativamente grande (algo más grande que el nuevo iPad), con un consumo limitado y por lo tanto mayor duración de las baterías, y una forma de interactuar con él completamente novedosa, con una pantalla táctil y un lápiz que podría usarse tanto a modo de ratón como, especialmente, para escribir en la pantalla del mismo y que este reconociera la escritura y la procesaría.
Por lo tanto, el proyecto, al que se denominó Newton, no era sólo un reto a nivel hardware sino también software. Había que crear un nuevo sistema operativo, investigar sobre nuevas formas de interacción hombre máquina ya que el modelo Macintosh no se adaptaba totalmente a lo que suponía el Newton, y, sobre todo, había que desarrollar un sistema de reconocimiento de escritura que no sólo funcionase sino que cupiese dentro de lo que iba a ser el dispositivo.
Sin embargo, para 1989, la estrella de Jean-Louise Gassée en Apple se iba apagando y poco a poco su protegido proyecto Newton dejó de estar tan protegido. Dado que cada vez iban destinados más fondos al proyecto, el aparato de Apple fue interfiriendo más en el día a día del proyecto, añadiendo nuevas trabas burocráticas, informes, hojas de requisitos y todo aquello que tanto entusiasma a un ingeniero.
Finalmente, Gassée fue presionado hasta tal punto que presentó su dimisión, y con él la presentó también Sakoman. Así, al igual que con el Macintosh, el hombre que había comenzado el proyecto se iba por la puerta de atrás. Juntos, Gassée y Sakoman fundaron Be, Inc., cuyo nombre si has estado atento a estas líneas te sonará porque ya fueron mencionados en El regreso de Steve Jobs a Apple(1997) al estar a punto de ser comprada Be, Inc por Apple para sustituir MacOS por BeOS (por si no lo leíste, Gassée pidió demasiado dinero pensando que Apple estaba desesperada, lo que hizo que Apple buscara alternativas y acabara comprando NeXT y, por lo tanto, permitiendo el regreso de Jobs a Apple).
Todavía en 1989, Bill Atkinson, el genio creador del interfaz del Lisa y el Mac y posiblemente uno de los mejores programadores del mundo, preparó una reunión para hablar sobre proyectos futuros a los que invitó a importantes ingenieros y ex-ingenieros de Apple como Steve Capps (en la foto) o Andy Hertfeld y a la que asistió también John Sculley, CEO de Apple.
Tras oír hablar maravillas a Capps del proyecto del Newton, el cual acababa de quedarse sin un líder y corría el riesgo de desaparecer, pidió una demostración del mismo para ver qué hacía con él, ya que él mismo afirmaba no terminar de entenderlo y antes de pronunciarse quería verlo con sus propios ojos. Cuando Sculley vio lo que se estaba desarrollando con el Newton quedó encantado y decidió poner todo lo que hiciera falta (fondos, ingenieros, lo que fuera) y estableció el año 1992 como fecha límite (es decir, algo más de dos años).
Para comprender por qué Sculley estaba tan ilusionado con el Newton debemos remontarnos a 1987. El éxito de Apple hasta ese momento se cimentaba en dos productos principales, cada uno de ellos revolucionario en su momento. Primero fue el Apple II, la máquina de Wozniak y que convirtió a Apple en un peso pesado de la industria de la microinformática. Después vino el Macintosh, con su interfaz gráfico y su carisma, la máquina de Jobs y el principal sustento de Apple a finales de los 80.
Tanto Jobs como Woz era visionarios, gente que entendía la tecnología. Sculley les envidiaba por eso. Apple nunca había ganado tanto dinero como bajo su mando, y además Sculley seguía ganando premios y era admirado como CEO de Apple. Pero, pese a su aparente éxito, él sólo era un alto ejecutivo. No era un visionario. No tenía "su" máquina. No había un cacharro de Sculley, como sí estaba el Apple II de Woz o el Mac de Jobs. En su autobiografía Odyssey, hablaba del Knowledge Navigator como un futurista dispositivo capaz de ofrecerte en todo momento la información que necesitaras y cuando la necesitaras.
Esta visión, de hecho, acabó plasmándola en una serie de vídeos publicitarios. Todo lo mostrado en los vídeos era sólo ciencia ficción, pero para Sculley la simetría entre el Knowledge Navigator y el Newton era evidente, de forma que, pensó, él podría pasar a la historia no sólo como el gran CEO de Apple sino como un visionario del nivel de Jobs o Wozniak. Aquí tenéis en este vídeo el concepto de lo que es el Knowledge Navigator de Sculley.
No obstante, el apoyo de Sculley al Newton no se cimentaba en un sentimiento megalómano. Hablamos de finales de 1989, Windows 3.0 le quedaba poco para salir al mercado, Apple tenía que reducir sus precios -y, por lo tanto, sus márgenes de beneficio-, por lo que un nuevo dispositivo que abriera una nueva línea de negocio en un mercado completamente novedoso para el que ni siquiera existiera la competencia era como una bendición caída del cielo.
Así que, ya en 1990, Sculley puso al frente del proyecto a Larry Tesler, un ingeniero venido de Xerox PARC en 1980 y que había trabajado tanto para el Lisa como para el Macintosh, y al que podéis ver en una foto más reciente aquí a la derecha. Ahora que el Newton tenía un nuevo líder, el trabajo empezó a tomar nuevas direcciones. El proyecto se dividió en el desarrollo de tres dispositivos distintos. Por un lado, teníamos el Newton Plus, el preferido de la "vieja guardia" de Apple, consistente en un "cacharro" de unas 12 pulgadas de largo por 9 de alto; una unidad intermedia -de la que ni siquiera he encontrado su nombre- de 9 por 6 pulgadas y que contaba con muy pocos apoyos; y finalmente un pequeño dispositivo apodado Pocket Newt de 4,5 por 7 pulgadas y que era el preferido por la mayoría de los ingenieros más jóvenes del proyecto, incluido también Steve Capps.
La idea de Tesler era desarrollar toda la tecnología Newton sobre el Newton Plus en vez de centrarse en el dispositivo de menor potencia, de tal forma que el Pocket Newt se convirtió prácticamente en un proyecto underground dentro de Apple llevado prácticamente por Capps y dos ingenieros más (Tchao y Michael Culbert) casi en solitario y en secreto mientras el resto de la empresa se volcaba con el Newton Plus.
Como decía, el Newton no era sólo un desafío a nivel hardware sino que a nivel software suponía también muchos retos importantes que desembocaron en nuevas tecnologías. Una de las más prometedoras fue un lenguaje de programación que trataba de aunar la eficiencia de C++ con la elegancia y simplicidad de Smalltalk. Dicho lenguaje, por supuesto orientado a objetos, pretendía ser un lenguaje abierto, con un potente recolector de basura y especialmente capaz para incrustarse en dispositivos como ordenadores, teléfonos digitales o reproductores de contenidos. Sí, algo parecido a lo que es Java, unos años antes del mismo. A este lenguaje de programación se le llamó Ralph, en honor a Ralph Ellison, autor de Invisible Man.
Sin embargo, el Newton se estaba desarrollando con un procesador diseñado expresamente para Apple por AT&T el cual era especialmente eficiente con el código compilado en C pero cuyo desempeño decaía cuando se trataba de ejecutar el código de Ralph. Por lo tanto, Apple buscó alternativas (pese a haber pagado a AT&T una millonada por el chip), encontrando la solución en una empresa de Cambrige llamada ARM Ltd., de la cual se montaría el Newton con su procesador ARM 610 y además Apple compraría el 43 % de la misma por la suma de $2,5 millones (por si alguien siente curiosidad, a medida que Apple se iba metiendo a mediados de los 90 en problemas financieros ha ido vendiendo partes de la propiedad de ARM hasta quedarse con un 0 % de la misma).
Uno de los tres ingenieros que trabajaba en el Pocket Newt, Tchao, decidió arriesgarse y contactar con Mike Markkula, en aquel momento chairman de Apple y uno de los pocos que llevaba en la empresa desde los inicios en el garage de Jobs. Para Tchao, el Newton Plus era un error. Era un dispositivo demasiado grande, demasiado caro y demasiado complejo para poder ser terminado a tiempo.
La treta funcionó y Sculley ordenó a Tesler que se olvidara (al menos por el momento) del Newton Plus y se concentrara en terminar de desarrollar el Pocket Newt, que pasó a llamarse desde ese momento Junior.
El 7 de enero de 1992, Sculley habló durante su keynote de la "convergencia digital" de las industria de computación, contenidos y comunicaciones y la necesidad de un nuevo tipo de dispositivos a modo de asistentes digitales. Fue entonces cuando hizo la predicción de que este tipo de nuevos dispositivos podían llegar a suponer unas ventas de 3 trillones de $ para comienzos del siglo XXI (sí, nada de billones. Trillones). Comienza el hype. Que posteriormente Sculley insistiese que esa burrada de dinero iría repartida en toda la industria y no sólo se la quedara Apple daba igual. Todo el mundo quería una porción de la tarta tan condenadamente grande que Apple prometía.
Finalmente, el 29 de mayo Apple preparó la primera aparición en público del Newton. Consistía en un pase a puerta cerrada entre varias personas elegidas de la prensa especializada, y aunque el Newton aún no estaba terminado (y, de hecho, el primer terminal ni siquiera se encendió y media presentación se hizo con una emulación hasta que Tchao consiguió un segundo terminal operativo) generó una expectación enorme entre los asistentes, contando maravillas en sus respectivas columnas y artículos sobre la nueva maravilla de Apple. Se pasaron por alto los errores vistos, porque... ¿acaso no era una beta? Es normal que estas cosas fallen.
Sin embargo, si bien la primera presentación había ido (relativamente) bien, el Newton todavía no estaba preparado. Para el otoño de ese mismo año, 1992, Calligrapher, el programa de reconocimiento de la escritura, seguía sin funcionar bien. Además, el maravilloso lenguaje de programación diseñado para el proyecto, Ralph, necesitaba más máquina de la que Junior era capaz de proporcionar para ir fino, por lo que hubo que reescribir gran parte del software en lenguaje C.
Es en este periodo cuando las presiones, sesiones maratonianas de trabajo, decepciones y más presiones pudieron con uno de los integrantes del proyecto, Ko Isono, que terminó con su vida el 12 de diciembre de 1992 disparándose con una pistola. Como es lógico y comprensible, la moral del proyecto se esfumó junto con la vida de Isono.
Pese al trabajo intensivo en Apple, el 3 de junio Casio y Tandy quitaron el honor a Apple de sacar al mercado la primera PDA con el lanzamiento de la Zoomer PDA. Apple anunció una nueva fecha de salida, el 2 de agosto de 1993.
Pero los problemas se acumulaban en Cupertino. Además de los retrasos en el Newton, Sculley empezaba a ser cuestionado, pues la junta directiva consideraba que estaba demasiado volcado en el proyecto (que aún no había proporcionado ni un sólo $ a Apple y había gastado dinero a raudales) y debido a ello Apple perdía por primera vez en muchísimos años dinero en un trimestre, concretamente $188,3 millones (en realidad, calderilla comparado con lo que llegaría a perder en 1996 y 1997). El 18 de junio la junta directiva relevó a Sculley como CEO y puso en su lugar a Michael Spindler (en la foto), dejando a Sculley como nuevo chairman de Apple. No obstante, nuevos reveses económico hicieron que Sculley presentara su dimisión irrevocable como chairman y saliera para siempre de Apple.
Finalmente, durante la Macworld Expo del 2 de agosto de 1993, el Newton fue presentado en sociedad. El modelo final, denominado Newton MessagePad, contaba con unas dimensiones de 4,5 por 7,25 pulgadas, una pantalla táctil LCD de 240x366 pixeles de resolución, un procesador ARM 610 a 20 Mhz, 4 Mbytes de ROM y 640 Kbytes de RAM. La batería, cuatro pilas AAA de 6 voltios, le daban una autonomía de aproximadamente 14 horas. Y todo ello, por la cantidad de $699 de 1993.
La gestación había sido larga y difícil, pero en las primeras semanas parecía que había valido la pena. Apple vendió 50.000 unidades en sus primeras 10 semanas. Ya, lejos de los 3 trillones pronosticados, pero una gran cantidad de Newtons en cualquier caso. No obstante, al igual que pasó con el Macintosh en 1984, después de la alegría inicial las ventas fueron decayendo, quedándose en unas 7.500 unidades al mes.
Los motivos de esta ralentización eran evidentes. El reconocimiento de escritura, cuando funcionaba, era mágico, pero fallaba más que una escopeta de feria. Apenas había programas de terceros, y por casi $700 se supone más un caro gadget para ejecutivos adinerados que algo verdaderamente útil para las masas, por muy profesionales que estas fueran.
A partir de este momento, el Newton fue dando tumbos de un lado para otro. Poco a poco, fueron saliendo nuevos modelos con mejores características, siendo especialmente interesantes los últimos modelos como el MessagePad 200 o el eMate 300 (básicamente, un MessagePad 200 rediseñado por Jonathan Eve).
Por cierto, ¿os acordáis de Ralph? Bien, cuando el proyecto estaba prácticamente finalizado, Apple decidió cambiarle el nombre y llamarlo Dylan, acrónimo de Dynamic Language y, dicho sea de paso, un pequeño homenaje a Bob Dylan, el cual no se sintió especialmente halagado y demandó a Apple por la utilización de su nombre artístico en un producto. Finalmente, en el otoño de 1995, Apple canceló el proyecto tras realizar recortes para reducir gastos.
Cuando Gil Amelio se hizo con el puesto de CEO de Apple el 2 de febrero de 1996 continuó con el recorte de proyectos, y aunque uno de los principales candidatos a desaparecer era el Newton Amelio decidió seguir con él. Se decidió crear una empresa independiente, que iba a llamarse Newton, Inc, la cual se encargaría del desarrollo y comercialización del Newton ahora que, con los nuevos modelos (MessagePad 200 y eMate 300) al fin estaba siendo rentable. La idea de Amelio era desprenderse del Newton vendiéndolo a alguna otra importante empresa (Sun, Oracle, Ericcson, Samsung, Sony...), y la manera más sencilla era empaquetarlo todo en una empresa que se pudiera comprar. Finalmente, tras negarse todas las empresas contactadas a quedarse con "el muerto", se siguió adelante el proyecto de Newton, Inc.
Sin embargo, antes de que se constituyese definitivamente Newton, Inc. como empresa independiente y autónoma de Apple, Gil Amelio fue cesado por la junta directiva de Apple y Jobs tomó el mando en el vacío de poder creado, parando el proceso de la nueva empresa con la promesa de desarrollar el concepto del eMate 300 (en la imagen). De hecho, ya bajo el mando de Jobs, Apple lanzó al mercado el 20 de octubre de 1997 el MessagePad 2100, el último Newton que saldría al mercado pues para finales de ese mismo año Apple anunciaba el cese del desarrollo de la plataforma, y el 27 de febrero de 1998 se anunció que toda operación que tuviera que ver con el Newton quedaba cancelada.
Con esta acción, se cerraron 11 años de desarrollo que supusieron para Apple una inversión de $500 millones. Se estima que se vendieron entre 150.000 y 300.000 Newtons en los cuatro años y medio que estuvieron en el mercado. Tal vez Apple, con el iPad
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